El mercado inmobiliario vivió un gran año de la mano de los créditos hipotecarios. El 2017 terminará con préstamos activos por casi 120.000 millones de pesos que marca el cierre de casi exactamente un 100% por encima del que se computó al concluir 2016.
La base de datos del Banco Central marca que el volumen de créditos activos hoy está (promedio de los 13 días hábiles del mes) en 118.020 millones de pesos. 99,1% por encima del promedio de diciembre de 2016, que era de 59.274 millones de pesos.
Por lejos, el crédito para la vivienda, impulsado desde ya por la modalidad UVA, fue la línea de financiamiento para familias e individuos que más creció en términos porcentuales este año. En esto tuvieron mucho que ver los bancos públicos (Nación, Provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires), que “primerearon” con ofertas muy agresivas aún cuando la inflación estaba en niveles más altos que los actuales.
En la expansión de la colocación de créditos influyeron varios factores:
– La decisión del Banco Nación de volcarse a las líneas UVA, de la que se había mantenido ausente en 2016. Buena parte del stock del Nación se explica porque es el principal banco colocador de hipotecarios de la línea Procrear, que incluye un subsidio específico de parte del Gobierno.
– La diversificación de la oferta, con bancos que ampliaron el alcance de los préstamos, los montos máximos, la relación cuota ingreso, la posibilidad de que el créditos se destine a la compra de una segunda vivienda. O incluso la posibilidad de un “crédito puente” para comprar sin la necesidad imperiosa de vender la propiedad actual del tomar del préstamo.
Los tomadores de crédito no ven que la inflación sea un problema, por el ajuste sobre los saldos adeudados. Es un ajuste que también van a sufrir los inquilinos, cuando tienen que renovar su contrato.
Fuente: Clarín