Gabriel González Pardo, director de Tizado Propiedades, analiza desde su perspectiva la situación actual de uno de los sectores del país de enorme capacidad de crecimiento. Se suma a esta próspera industria rubros de los más variados generando puestos de trabajo en todo el país. Sin embargo, este inmenso motor que se esfuerza por crecer y aportar espacios para la vida de la gente, siente aún hoy el impacto que dejó la pandemia y los inconvenientes que surgen de la economía desde hace muchos meses.
¿Cuál es tu mirada hoy del Real Estate?
Creo que estamos en un punto de inflexión (al menos será un deseo) en cuanto a empezar a utilizar las herramientas, que si bien existían las pusimos en práctica intensamente estos dos últimos años de pandemia. En gran medida se relaciona con lo tecnológico que incluye el trabajo, las visitas, la documentación en forma remota. Pero también en cuanto a la valoración de los productos pensando en el consumidor final y las exigencias propias del servicio.
En relación con el tema local, considero que estamos atrasados respecto al rebote de otros mercados como Europa, debido a nuestras limitaciones económicas, la inflación, el atraso cambiario y la falta de hipotecas. No obstante hay una cantidad y variedad muy grande en stock de productos y precios que se han ido acomodando.
Tu conocimiento permite mirar hacia atrás y comparar con lo que sucede desde hace muchos meses. ¿De qué manera crees que el sector puede comenzar a generar crecimiento?
Considero que nos falta confianza en el país y los conflictos políticos muchas veces dilatan las decisiones. La situación mejorará en función de las variables como las tasas más bajas, más seguridad jurídica (por ejemplo en los alquileres), y un rumbo económico más definido, que permita al mercado inmobiliario argentino una buena plaza de inversión, que sin duda lo sigue siendo, pero que sea más atractivo.
¿Cómo imaginas el futuro en el corto y mediano plazo del mercado?
En lo inmediato se advierte con la misma inercia que conserva la elección de los últimos años. Nordelta y la Patagonia son claros ejemplos de la prioridad en calidad de vida, pero tal vez orientado a un segmento Premium sobre todo en el primer caso. En el mediano plazo advierto un recupero en el mercado de Capital y una reconversión de alguna zonas dedicadas a oficinas que seguramente no se utilicen en el corto plazo. Habrá que ver como es la vuelta a la normalidad y que absorción de m2 produce el fenómeno de volver al trabajo presencial.
Si comparas lo que sucede en otros países, ¿qué aspectos de la industria te gustaría ver con un desarrollo intenso? ¿Se nota algún cambio importante y beneficioso?
En otros países se observa un rebote de la demanda contenida los últimos dos años y eso lo hace muy interesante y auspicioso. A pesar de la inflación que aparece después de tantos años en esos países desarrollados, están más preparados y ordenados económicamente.
En el vínculo con la gente, en particular tus clientes, ¿se animan a vender y comprar propiedades? ¿Aprovechan los valores bajos para adquirir o cambiar de unidades?
Sucede un fenómeno donde existen pocas ventas y no hay alquileres. Los niveles de stock son altísimos y creo que es histórico. Eso hace que se demoren las operaciones y que los precios, además de haber bajado, se discutan hacia la baja. Muchos aprovechan a comprar a precios por debajo de lo conocido, pero en muchos casos están atados a la venta para mejorar o agrandarse y esa parte es la más difícil y la que más demora.
¿Sucede en particular con la gente de alto poder adquisitivo?
El segmento Premium es el que más posibilidades tiene y menos apuro. Si está destinado al consumidor final tiene mucho para elegir y exigir desde la calidad de terminaciones hasta el precio final. Si en este segmento se habla de un inversor es más delicada la situación porque hoy hay muchas opciones en el mercado financiero, generalmente más asociado a resguardo de capital y no tanto al resultado económico de este momento.
Además de Buenos Aires y sus áreas cercanas, se suman las inmobiliarias en el interior del país. ¿Cómo es la situación en esos destinos?
Es notable la cantidad de consultas, movimientos y operaciones que se están realizando en la zona de Patagonia. Se trata de una situación interesante y es que hay muchos argentinos eligiendo propuestas en esa zona, que incluye mucho turismo y turismo inmobiliario con extranjeros que averiguan y visitan bienes raíces en esa ubicación. Pensemos que cada vez estamos más globalizados y acceder a una vivienda en la Patagonia para quien viene del exterior puede ser más que accesible y muy valorado en cuanto a calidad de vida.
Una reflexión final
A mi entender, el mercado inmobiliario y de la construcción generan innumerables cantidad de puestos de trabajo y le aportan un gran impulso a la economía en todos los países. Argentina no es ajeno a eso. Incentivos en las obras, la ley de blanqueo, mejoras en la ley de alquileres, y un crédito hipotecario razonable ajustado al salario, además de las desgravaciones impositivas en inversión son algunas de las fórmulas que en todo el mundo y, alguna vez en nuestro país, dieron buenos resultados. ¿Suena difícil en nuestro país? Sí, pero no imposible.