El Real Estate es uno de los sectores más importantes del país. Y pese a las vicisitudes, los empresarios y desarrolladores siempre mantienen firme su interés por generar nuevos espacios en proyectos destinados a la vivienda. Ellos saben saltear las incómodas trabas que surgen en los momentos difíciles. Y cuando encuentran terrenos apropiados para construir no dudan en poner en marcha propuestas, algunas Premium, como es el caso de Bold Barrancas. Se trata de un proyecto audaz, de importante escala y en el que se realizará una inversión de 40.000.000 de dólares para construir unos 13.000 m2 de venta (25.000 m2 de obra totales).
La firma Interwin, cuyo director es Miguel Ludmer, quien junto al desarrollador eligieron un lote muy particular en la zona de Belgrano, a pasos de las Barrancas, rodeado de verde que aporta el parque diseñado por el famoso paisajista francés Carlos Thays. En ese entorno, elegante y residencial, se levanta este proyecto con todas las comodidades propias del lugar. Con 15 pisos, diversidad de amenities y una ubicación icónica, ocupará un cuarto de manzana sobre las avenidas del Libertador y Virrey Vertiz y la calle José Hernández. Es un megaemprendimento que encara Claudio Zlotnik, director de Hormigaz, la desarrolladora de Bold Barrancas, con un diseño arquitectónico en el que el espacio se moldea y revela a través de la utilización de la luz natural y del aire.
Miguel Ludmer define sobre la obra: “La inspiración se basó en haber logrado ensamblar ocho diferentes terrenos que se consolidaron en uno solo. Así se consiguió una parcela única, hoy muy difícil de encontrar en Buenos Aires, especialmente en esa ubicación de Belgrano. Y a partir de allí, se decidieron proyectar las mejores tipologías posibles, atractivas tanto para usuarios como de la escala de inversores que existen en esta época. El sentido central responde a un edificio actual, moderno, para quien vive y trabaja cerca, donde se puede mover tanto en transporte público como privado, en auto o en bicicleta. Y donde puede entrar o salir de su casa y vivir como en un hotel 5 estrellas, con todos los beneficios que esto implica para una vida moderna, combinando trabajo, placer y la agenda personal en un lugar muy acogedor”.
Añade que “el proyecto apunta a muchos tipos diferentes de edades y de personas. Tal vez la mayoría de los habitantes del edificio serán potencialmente solas o familias con pocos hijos, dado que muchas de las unidades son de uno y dos dormitorios”.
Ludmer considera que no sólo se ha pensado en la venta sino en el día después, en la operación del edificio, en la vida y convivencia de los vecinos como de los inversores. “El objetivo consiste en que todos experimenten una gran satisfacción por haber invertido y también haberse capitalizado con este edificio. La suma de detalles y los movimientos que tendrá el edificio el día después, harán que este proyecto sea valorado tanto desde el lanzamiento como luego en su post venta”.
Inspirado para crear este proyecto, el desarrollador y arquitecto Claudio Zlotnik, detalla: “hacemos pie en la tradición moderna de la arquitectura con conceptos como Terraza Jardín o la Planta Baja liberada que considere la continuidad visual del peatón urbano. Una volumetría pura, sin balcones salientes, ya que las generosas expansiones se generan hacia dentro de una malla que se manifiesta por medio del hormigón de última generación y somos en ese sentido unos de los primeros en utilizar en Sudamérica (GRC). Consideramos que es un edificio actual y muy audaz en su propuesta estética destinado a convertirse en un clásico”.
Añade con relación al sentido de la propuesta que “el edificio de una cuadra sobre José Hernández será el eslabón que unirá a dos arterias importantes de la ciudad como son Virrey Vértiz y Libertador. En términos del uso y la propuesta comercial, es muy universal, pensado para múltiples usuarios, cuidando la intimidad de cada uno y a la vez proponiendo potentes lugares de encuentro”. Y menciona que “el edificio está pensado para gente joven de 20 años en adelante. Hoy una persona de 75 años practica deportes, va al GYM, a la pileta de nado y se junta a comer con sus amistades en los quinchos o en la cocina gourmet. Es un edificio en que personas de todas las edades podrán desplegar su vitalidad y sus deseos cotidianos”.
Con relación a la obra, comenta: “Hemos iniciado los trabajos de demolición hace dos meses y la obra seguirá con la excavación sin solución de continuidad. Los expedientes municipales están listos y la obra totalmente financiada con la tierra paga. La obra durará 36 meses. Impactan la cantidad y calidad de los amenities no sólo por sus dimensiones, si no por sus ubicaciones, proporciones y expectativas visuales. Cuentan con luz natural, la cocina gourmet al igual que los quinchos están en el piso 15 con vistas espectaculares hacia las Barrancas de Belgrano. La terraza será un verdadero jardín urbano con especies increíbles y miradores sorprendentes. La pileta y el solárium recibirán el impacto solar a lo largo de todo el día sin sombras. Bulla y ACF hacen el Paisajismo y el interiorismo y ambos han hecho una tarea excelente”.
Un dato más: entre las particularidades de la obra es su apuesta por la sustentabilidad con un sistema de recolección, filtrado y almacenamiento del agua de lluvia, que se reutilizará para regar los espacios verdes, la limpieza de veredas y con una terraza jardín que no sólo aportará valor paisajístico, sino que reducirá la propagación de sonidos, brindando aislación térmica. En la azotea también se dispondrá de una pre-instalación completa para futuros paneles solares fotovoltaicos, cuya captación de energía contribuirá a la reducción del consumo de iluminación en las áreas comunes.