Depende de las zonas, de las necesidades de la demanda y de las posibilidades que ofrece la coyuntura: el momento actual muestra operaciones más acotadas y el sector no fluye como en otras épocas. Sin embargo, como dice Gabriel González Pardo, Director de Tizado Propiedades, hay quienes siguen apostando aunque más lento en las decisiones pensando en los cambios que pueden generarse con un nuevo rumbo en temas relacionados con la economía y la política.
En medio de esta situación tan problemática que se vive cada día. ¿Cómo se hace para poner en marcha el mercado?
Cuando comenzamos la nota, el dólar estaba a 455 y luego en casi 500 pesos. La situación, más allá del origen del problema, genera incertidumbre generalizada en todos los sectores que intervienen dentro del mercado. Posiblemente sea coyuntural, pero es la realidad que toca hoy y que desde hace varios años no logra mostrar un escenario al menos estable. Esto no necesariamente tiene que ser negativo para el sector porque en otras épocas de alta o baja inflación el mercado mostró recuperación rápida. Hoy hay varios factores que se suman y generan esta situación tan difícil y extensa en el tiempo. Las definiciones del rumbo político y la seguridad jurídica van a ayudar a ganar confianza y poner en la mira el mercado inmobiliario nuevamente.
¿Qué está pasando con la oferta y la demanda?
Históricamente nunca existió tanto stock en venta y tan poco en alquiler. Las razones son variadas. Existe el miedo a endeudarse en el caso de los precios ajustados por CAC o en dólares y la obvia falta de créditos (inviable a estas tasas). La demanda en estos casos no es suficiente, pero no por no satisfacer la oferta, sino por las dudas de los valores reales de mercado. Cuesta vender a menos de lo que se compró y convalidar esos precios, lo mismo que cuesta mudarse por las brechas entre productos; con la reposición sucede algo similar. No obstante, siempre los productos buenos y bien tasados dan origen a consultas y generan operaciones. Hay que aceptar la baja en los valores y eso lleva tiempo.
¿Hay gente comprando propiedades? ¿Es un buen momento para adquirir un inmueble?
Siempre hay gente comprando, vendiendo o alquilando. Lo importante son las razones de ese movimiento. Décadas atrás se podrían ver movimientos migratorios a distintas áreas o la generación de nuevos barrios, expansión o nuevas arterias que se pudieran conectar en distintas zonas. En otros momentos el motor fue el crédito y también la inversión como refugio de valor o posible negocio financiero a mediano plazo. Hoy encontramos un atraso en ese sentido y las operaciones son más acotadas y de consumidor final. Considero de todos modos que es un muy buen momento para adquirir un inmueble por los valores atractivos del m2 terminado y en obra. Pensemos que hablamos de CABA y GBA que son lugares muy importantes dentro de Latinoamérica.
En otras épocas se hablaba de expectativas de crecimiento. ¿Es posible pensar así actualmente?
En este momento cuesta creerlo, pero paradójicamente podemos estar frente a una situación que podría cambiar rápidamente en función del próximo gobierno y la política económica a implementar.
Hablemos de precios. ¿Están en baja? ¿En cuánto?
A priori depende mucho las zonas porque no es lo mismo Nordelta, Belgrano o Bariloche. Voy a generalizar en función de Capital y GBA. Los precios están en baja hace rato. No podemos hablar en forma global, pero los indicadores más confiables son las operaciones realizadas, que distan muchas veces de las tasaciones y retasaciones. Por ejemplo, en las operaciones en departamentos en CABA realizadas en febrero de 2020 se ven valores de 2.200 usd/m2, que hoy están en 1.700 promedio. Dentro de la distribución geográfica de Tizado vemos más movimiento en la provincia y en particular en Nordelta y Puertos. En Capital, mayormente en Belgrano.
¿Cómo te imaginas los meses que vienen?
Difíciles, de acuerdo con el año que se presenta en cuanto a los indicadores de la economía. Sumado desde luego a la incertidumbre de quién podrá gobernar según la política.
En este tema opina Guillermo Villa, Gerente Regional de Patagonia
¿Qué ocurre en otras zonas? Por ejemplo, en el Sur del país.
Sin duda, el mercado sigue una lógica relacionada con variables micro y macro y si bien están relacionadas cada vez más con lo que pasa en el mundo son dinámicas y en Argentina sabemos que siempre existieron ciclos donde oferta y demanda se modifican y donde a largo plazo la vivienda es un bien atractivo. Es un momento muy complejo, pero seguramente se podrá superar. Aunque es cierto que esta vez el ciclo resulta más largo y tedioso.
¿Qué sucede con los proyectos?
En esta zona sucede algo muy interesante a nivel inmobiliario y es que se están vendiendo fracciones que estuvieron durante muchos años a la venta, en las cuales se van a desarrollar distintos emprendimientos. Muchos ojos puestos en la Patagonia, en particular en Bariloche, San Martín de los Andes y Villa la Angostura. Surge un fenómeno que conjuga el auge turístico con el económico que comienza a derramar la zona núcleo del petróleo en Vaca Muerta. Muchos de los consumidores finales de esa área son compradores residentes del Valle de Neuquén y Río Negro. Y sumado al turismo creciente, más la marca Patagonia en el mundo, están generando una consolidación de las ventas. Y por ende los desarrolladores apuestan más a comprar lotes céntricos o fracciones pensando en proyectos nuevos. Hasta hace no mucho, la mayoría de los desarrolladores compraban entregando metros o por lo menos lo intentaban. Actualmente estas operaciones se están haciendo en efectivo, lo que muestra un mercado agresivo.
¿La situación está más activa allá?
Sí, muy activa y consolidada en el tiempo. Porque luego de la pandemia, se esperaba un crecimiento fuerte en las ventas, dado el interés de la gente de instalarse a vivir en un lugar como la Patagonia. Esta situación se mantuvo en el tiempo y el mercado está cada vez más fuerte, con alta demanda y poca baja de precio en las ofertas. De hecho, se están haciendo operaciones a precios e incidencias muy altas.