Es tiempo de análisis con la mirada puesta en el nuevo año. Surgen expectativas, pero es necesario considerar algunos aspectos clave que impactan en la vida diaria. La opinión del economista Fausto Spotorno, Director de Research-OJF, precisa con claridad temas centrales como la inflación, los precios y otros aspectos de gran importancia como el sector inmobiliario, cuyo crecimiento se mantiene, pero lejos de lo que ha ocurrido en varios años anteriores.
¿Cómo consideras la evolución de la economía?
Será una perfomance muy pobre. Lo que vemos es una economía relativamente estancada por la falta de divisas y de reglas de juego estables. Con un problema de inestabilidad muy grande en materia de moneda e inflación, que complica todo más y que difícilmente pueda mejorar el año que viene. Porque ante la falta de un programa integral que permita atacar todos los problemas a la vez con alta probabilidad de resolverlo, todo intento de bajar la inflación tendrá que afrontarlas con la curva de Phillips. Eso significa que, si no se pueden generar expectativas positivas, las medidas que se deben tomar para bajar la inflación también pueden tener efectos recesivos.
¿Es posible doblegar esta tremenda situación?
Sí que es posible, pero requiere un esfuerzo político en serio. Porque acomodar estos temas implica dar malas noticias hoy para obtener beneficios más adelante, lo que puede requerir un esfuerzo extra en materia política.
¿Qué decisiones habría que tomar para detener la inflación?
Tomar esa decisión requiere un fuerte plan de estabilización lo que implica un ajuste fiscal, una reducción dramática de la emisión monetaria y muchas medidas para estabilizar el tipo de cambio. Pero eso es sólo el principio. Porque para que funcione de forma efectiva la sociedad debe aceptar estos elementos que se mantendrán a lo largo del tiempo. Lo cual implica que hay que hacer reformas.
¿Esto significa que llegan momentos más complejos en ese sentido?
Es complejo por el escenario inflacionario y la falta de divisas. Sin embargo, es posible que el año que viene en lo económico sea más similar a este segundo semestre, con un proceso de corrección cambiaria relativamente fuerte, dado el aumento de los precios.
Por otra parte, el año que viene será más complicado por las elecciones. ¿Qué se puede esperar?
Habrá que ver cómo se desarrolla el proceso electoral. Si este logra generar expectativas positivas por un cambio de política económica, entonces podría ayudar a que ciertas variables muestren algún respiro. No creo que mejoren en forma sustancial, porque eso requerirá mostrar efectivamente una política económica más sólida, pero podría al menos tranquilizar a los mercados. Por otra parte, si el proceso electoral genera más incertidumbre, en un esquema de falta de divisas, podría debilitar el peso, lo que llevaría a una mayor suba del dólar y de los precios en general.
A propósito, ¿qué sucederá con los precios?
La inflación la vemos similar a la de este año, mientras dure el cepo cambiario, la escasez de dólares y el bajo crecimiento económico será la regla. Esta situación no ayudará a disminuir la inflación porque se debe a restricciones de la oferta y no a un enfriamiento de la demanda agregada. Lo cual favorece la suba de los precios.
Dentro de lo que se relaciona con la economía está el tema central del Real Estate. Se notan muchas obras por todos lados y parece que el mercado inmobiliario se mueve, pero es difícil adquirir una propiedad. ¿Qué se puede esperar para 2023?
El mercado inmobiliario está en proceso de acomodamiento y seguirá su curso. Hay oportunidades, pero no es generalizado. Para el que tiene los dólares, hay posibilidades, ya que los precios de las viviendas están bajando y los costos de construcción también son buenos. Pero lo que vemos es un negocio heterogéneo en donde hay rubros que se muestran muy dinámicos y otros no tanto.
¿Tener una propiedad se considera hoy como un refugio de valor?
Sí que lo es, pero hay que apuntar bien. Porque hay algunos productos que están mostrando baja en los precios, mientras otros suben. Es refugio de valor siempre y cuando se compre a buen precio algo que tiene demanda. Pero no sucede siempre con los inmuebles.
La importancia de la industria de la construcción siempre se mostró fuerte más allá de los momentos críticos. Y se mantiene pese a todo. ¿Es un tema riesgoso seguir sumando obras con una demanda que no alcanza con los valores?
Depende del tipo de producto e incluso de su forma de comercialización. Pero está claro que hoy la demanda es mucho más exigente y eso obliga a tener muy en claro cuál será el negocio y cuál es la demanda objetivo de cada producto. Hoy se trata de negocios de nichos más pequeños.
¿Perdió fuerza el Real Estate? Y si cae, ¿puede generar un problema muy serio?
Sí perdió fuerza con respecto a seis años atrás, pero vemos que hay un cambio en la demanda y, hoy, no es lo mismo un barrio privado que un departamento en Flores. Son dos nichos diferentes y se comportan de distinta manera. No creo que pueda generar un problema grave, la pérdida de fuerza, por ejemplo, en los departamentos de Capital Federal y todavía queda algún ajuste por hacer, aunque el mercado ya ha ajustado bastante. Igual, aunque los inmuebles pueden estar algo más aislados de la macroeconomía, no pasa lo mismo con el sector del negocio inmobiliario, que está atado a las generales de la ley.
No existen los créditos y no habrá seguro por mucho tiempo en estas circunstancias. ¿Cuál es tu opinión?
Si lamentablemente no hay crédito en Argentina porque no hay ahorro y el que hay, es absorbido por el BCRA. Difícilmente habrá crédito por un tiempo. Por eso estamos viendo proyectos donde el crédito lo aportan los propios desarrolladores, mientras se mantiene la obra u otros esquemas de esas características.
El crecimiento del sector está atado como otros rubros al tema dólar. Cada vez sube más y el peso cae. ¿Cómo se remonta este tema?
En realidad, lo que hay que mejorar es el valor del peso. Para eso hay que dejar de emitir, reordenar el balance del Banco Central y ordenar las cuentas públicas que es la única garantía de que el Gobierno no tenga que emitir más pesos en el futuro. Sea para financiar el déficit fiscal o el cuasi-fiscal. A la larga debería haber una reforma del Estado para que cualquier ordenamiento de las cuentas públicas no se desordene hacia adelante.
Durante la Expo Real Estate, que se realizó en Agosto, estuvimos allí y fue uno de los encuentros más importantes de los últimos años. Todos hablando de expectativas. ¿Cómo se puede sostener este rubro en tiempos tan cambiantes?
Argentina tiene un futuro interesante, porque tiene muchas posibilidades de negocios. Sin embargo, para llegar a eso habrá que pasar por el purgatorio del ordenamiento macroeconómico. En ese contexto el mercado inmobiliario tendrá muchas oportunidades, porque con la llegada de la vida híbrida habrá también movimientos en el mercado inmobiliario que pueden ser beneficiosos para el sector.
A modo de cierre, ¿Qué se puede esperar para sortear tantos inconvenientes y si es cierto que la inflación puede bajar en 2023?
Veo difícil que la inflación pueda bajar en 2023. Pero creo que sabiendo eso, debería anticiparse un ordenamiento de la macroeconomía que podría ayudar a sobrellevar un año que no será fácil, por la falta de divisas al dólar oficial, la elevada inflación y las dificultades que muestra el gobierno y la oposición para presentar un programa económico completo.