El politólogo Rosendo Fraga analiza la situación del país, el impacto de un año electoral donde el tema económico ocupa un papel central. Un ítem clave está relacionado con el resurgimiento de los créditos hipotecarios UVA, pero depende cómo afecte el índice de inflación y la estabilidad del dólar. A pesar de los vaivenes posibles del 2019, Fraga considera que todo puede cambiar y que es necesario estar atento a lo que ocurre a medida que se suceden los meses.
¿Puede describir el panorama político en estos días?
Lo primero que planteo es una consideración de orden general. Si analizamos las elecciones más relevantes de los últimos tres o cuatro años, lo que parecía que iba a suceder ocho meses antes, no ocurrió. Ya se trate del Brexit británico, del triunfo de la Liga, en Italia; el triunfo de Trump, en Estados Unidos; de Macron, en Francia o de Bolsonaro, en Brasil. El pronóstico probable no sucedió. En consecuencia no se puede pronosticar. A lo sumo conjeturar. Hoy en la política los electorados son más independientes, los partidos son más débiles, todo es más volátil. Yo tengo una foto aproximada de la realidad que muestra una polarización atenuada entre Macri y Cristina, porque sumado llegan al 60% de los votos, con un interrogante que implica la articulación de un tercer espacio competitivo para evitar así que ese 40% se vaya a uno u otro candidato. Apareció un candidato que es Lavagna, la pregunta es si podrá organizarse la estructura política nacional para sostener a esa candidatura. Lavagna hoy, si comparo con Macri y Cristina, tiene menos chance de llegar a la segunda vuelta, porque no tiene todavía resuelto la estructura nacional, pero de llegar es el que tiene más chance de ganar. Hay que ver si se arma de esta manera. Esta es la foto de hoy.
¿Qué diferencia existe entre la elección que viene y la del 2015?
Comparado con 2015 existe un punto de partida que tiene alguna relación, está Cambiemos por un lado, el kirchnerismo por otro y el peronismo anti k, que era Massa en aquel momento. Esa es la similitud, pero la diferencia consiste en que esa elección la economía no jugó ningún papel, con un crecimiento del 2%. Ahora sí va a jugar un papel en esta elección y se hablará de la economía que está en caída. Quizás por esa razón surgió la candidatura de Lavagna, porque es alguien apto dado que fue el ministro de la economía de la recuperación. Pero insisto. Quedan muchos meses por delante.
La economía es un eje central y, dentro de esa disciplina, un ítem importante es el acceso a la vivienda. ¿Habrá un resurgimiento este año de los créditos hipotecarios aunque levemente?
No es fácil. Existe una fuerte incertidumbre electoral para el que toma decisiones económicas grandes o más limitadas, como implica comprar una vivienda y si gana Macri o Cristina no es lo mismo. Allí hay una realidad y la incertidumbre electoral posterga las decisiones grandes o individuales. El gobierno tiene en claro que tiene que mantener la estabilidad cambiaria porque es una prioridad para ganar la elección. Si el dólar está tranquilo más allá de otros problemas, se puede ganar la elección. Pero una decisión como la compra de una vivienda individual vía crédito, frente a una escapada del dólar o alta inflación puede complicar la vida de la gente. Es más ya se mostró que la inflación será en los primeros dos meses mayor de lo esperado. Además la incertidumbre del dólar no se resolverá de un día para otro. Por lo tanto es un año difícil para una reactivación importante de toda la economía argentina incluyendo lo relacionado con la vivienda.
¿No habrá crecimiento?
De acuerdo con la estimación del gobierno que es más optimista, la economía cae el 1%, y por su parte el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que cae el 2%. El último trimestre dará estadísticamente mejor, pero no en términos de empleo y baja de pobreza.
El impacto del G20 ¿puede generar inversiones inmediatas que pueda ayudar a la economía con cierta rapidez?
Creo que no. El apoyo externo ha sido decisivo para el crédito del FMI, que fue de 57 mil millones, pero no genera inversión, aunque sí le puede brindar estabilidad cambiaria. Si mantiene el dólar bajo control, eso implica chance de ganar. Implica sí apoyo político, que fue importante porque la cifra que le prestó a la Argentina ha sido récord en términos de la historia del FMI. Pero no está generando inversión. El gobierno tiene el apoyo político para el crédito y en particular la administración Trump jugó un papel muy importante. La visión del gobierno tiene que ver con la estabilidad del dólar en el año electoral y piensa que así se generará inversión. Otra cuestión es que el gobierno enfrenta un dilema como es la de jugar electoralmente una sola carta y que consiste en polarizar con Cristina. Pero esa carta le complica la economía, porque el riesgo Cristina contribuye a que se postergue la reactivación de la economía. Cree que le conviene, pero lo complica.
¿Qué pasará con los meses que vienen?
Si uno revisa todos los pronósticos de principio del año pasado a hoy, ninguno sucedió como se esperaba. Cuidado con los pronósticos. Hay que tomarlo con mucha prudencia para quienes toman las decisiones políticas. Mientras no se sepa si Cristina gana o no, es muy difícil que se tomen decisiones económicas importantes en cada uno de los niveles tanto del exterior como dentro del país.
Una reflexión final
Yo creo que 2019 es un año difícil para ser optimista, pero en el mediano y largo plazo las cosas pueden ser diferentes. En definitiva, la Argentina depende de lo que nosotros seamos capaces de hacer.