En hace más de dos décadas, Pilar fue la primera zona en generar un enorme crecimiento de countries y barrios cerrados, con una respuesta contundente de la demanda. ¿Cómo es el presente en este segmento del mercado que cambió un estilo de vida? El análisis de Haydée Burgueño, empresaria inmobiliaria y referente indiscutible en la zona, que revela el interés de la demanda en el nuevo contexto económico.
¿Cuál es la situación actual de las urbanizaciones?
Hoy la gente muestra interés y se observa nuevamente movimiento para instalarse en la zona. El año pasado fue muy tranquilo, diferente de la Capital donde se mencionaba un crecimiento de las escrituras. Sin embargo, hacia el final de 2016, empezó a moverse muy bien el segmento de las urbanizaciones y ahora con el despegue de los créditos hipotecarios la demanda es importante.
¿Cómo están las variables hoy?
“Por un lado hay que admitir que faltan proyectos. Pero a su vez, con la llegada del crédito, que es movilizador del mercado, entusiasma a la demanda. La gente busca opciones para su vivienda pero lo que más le preocupa es el rubro expensas, que se ha vuelto determinante. Mucha gente hoy busca barrios con vigilancia. Es un formato de barrio cerrado, pero que incluye cualidades indispensables como seguridad, ubicación y expensas bajas”.
Entonces ahora, la búsqueda de la demanda se centra en los barrios con vigilancia…
Sí, aunque también interesan mucho los condominios, que se podría decir, que en este momento se han convertido en el centro de atención. Son proyectos que se comercializan muy bien, con expensas bajas, pero prácticamente no hay oferta en este rubro.
¿Queda tierra para seguir construyendo? ¿Dónde?
Si existen opciones de tierra, pero tiene un valor alto. Por ejemplo, un lote bien ubicado sobre Panamericana de aproximadamente 600/700 m2, cotiza entre 100.000 y 120.000 dólares. Pasando la bajada de Pilar, en el km 55/56 es el único lugar donde es posible encontrar lotes sobre Panamericana en 50.000 dólares. Aunque también existen en otras ubicaciones buenas propuestas desde 30.000 dólares y con buenos accesos. El valor que tiene la ubicación en relación con la seguridad es fundamental.
¿Están los inversores interesados en este segmento?
Hoy el que busca es el consumidor final. Sucede que si se invierte y no se vende rápido (hay que recordar que pasaron momentos muy complicados, con poca o nada de ventas) el negocio no cierra y el inversor tiene que afrontar gastos de expensas, por lo que prefiere ahora colocar el dinero en una obra construida. No obstante, el mercado se está acomodando bien y nuevamente hay mucho interés en Pilar.
¿La movida del km 50 se mantiene firme?
Ese eje se mantiene igual. Pero además se va expandiendo mucho, porque la tierra en el km 50, está entre 300 y 500 dólares el m2, un precio más que respetable para esa zona.
¿Cuál es el nivel de rotación en las urbanizaciones?
Es cierto que hubo una vuelta a la Capital en la época en que había muy poco trabajo, pero ahora la gente muestra interés y se mantiene firme con la idea de instalarse afuera.
La idea es trabajar y vivir cerca…
Esta opción se mantiene y más aún ha crecido. Pilar tiene más de 200 industrias en el Parque Industrial que genera muchísimo trabajo. Además hay muchas escuelas y universidades (UBA, El Salvador, Austral) además de los centros comerciales, que no sólo están en el km 50. Todo este movimiento generó ocupación laboral y por esa razón se sumaron muchas oficinas. Aunque en este rubro parece que por el momento existe más oferta que demanda. Tal vez porque se construyeron demasiado todas juntas. Pero las perspectivas son buenas. Con relación al sector comercial, la actividad es intensa. Antes, los restaurantes, por ejemplo, trabajaban especialmente los viernes y sábados. Hoy están muy activos todos los días.
Pilar fue punta de lanza para un crecimiento notable…
Lo que sucedió entonces fue que primero la gente se volcó a San Isidro, pero cuando esa zona se volvió inaccesible para las parejas jóvenes nació Pilar. Y a partir de allí sucedió un verdadero auge, con todo lo que la gente necesita para vivir. Hoy, los jóvenes tienen todo a mano. Tal vez algo sí hace falta… más actividad teatral.