Hace casi cuatro décadas que se fundó la firma familiar Lepore, que cuenta con ocho sucursales. Su fuerte es el desarrollo residencial, que reúne principalmente el segmento del usado, pero también el de los emprendimientos. Su presidente, Norberto Lepore, analiza las circunstancias actuales del mercado y su evolución en los próximos meses.
La Patagonia es una de las primeras sucursales de la firma…
Sí, en Villa la Angostura. Es un paraíso, no sólo para invertir, sino para vivir. Hoy es un mercado muy demandado, muy activo, pero con escasa oferta y precios firmes.
¿Y qué sucede en la Capital? ¿Qué dejó la crisis cambiaria?
En líneas generales, esta crisis generó un pequeño freno en la toma de las decisiones de la gente. Pero de a poco vuelve a activarse. Siempre existen cantidad de compradores potenciales que están cambiando. De a poco se acumula la demanda que se detuvo momentáneamente. Hace un año se activó el usado, que estuvo relegado por la falta de créditos y justamente los préstamos son los que dinamizan el sector. Ahora cuesta un poco más tomar un crédito; muchos prefieren esperar para saber cómo evoluciona la situación en general. Por su parte, los bancos aumentaron la tasa y esto se relaciona con la inflación. Si se la controla, el mercado se va a acomodar. Además un dato positivo es que existen nuevos proyectos y los desarrolladores son los grandes jugadores que piensan y apuestan al futuro. Sino creyeran, no se animarían. En general, ellos no toman crédito y se apalancan con inversores, con capital propio y preventa. Una forma de ahorrar para los que tienen capacidad adquisitiva es adquirir una unidad desde el pozo. Así en dos o tres años se muda a su propiedad, que pagó a un precio diferencial y sólo adelantó entre un 20/30% al contado. El resto en cuotas hasta la finalización del proyecto.
Todo influye en el mercado. También la situación macro…
Si está relacionado con la economía. Algunas variables dependen de lo que sucede en el exterior, como el incremento de la tasa de los Estados Unidos que subió bastante y que absorbe capitales. También Brasil devaluó y tuvo su pequeña crisis, un país que es generador de divisas para la Argentina. De a poco la situación mejorará con la llegada de una inyección de fondos del exterior. Es de esperar que los mercados se tranquilicen, lo cual es una señal de confianza. Se sabe que el Real Estate también debe generar confianza, que es la mejor herramienta para crecer. Es importante mirar el largo plazo. De todos modos, la que dinamiza siempre el mercado es la clase media y está interesada en comprar. El único tema que puede complicar para los desarrolladores es que se achique el segmento de la tierra, cuyo valor de incidencia oscila entre 900/1.000 dólares el m2. Se suma al costo de la construcción, 1.300/1.500 dólares m2 vendibles a lo que hay que agregar el margen de utilidad. Existe disparidad de precios, incluso dentro de un mismo barrio. Lo importante es tasar con lo más exacto posible. Pese a todos los vaivenes, lo cierto es que el ladrillo le gana a la inflación e incluso al dólar en el tiempo. Es un refugio de valor y hasta podríamos decir, que es un commoditie. Además, aunque más baja que en otros tiempos, siempre la propiedad deja una renta de alrededor del 4%. Y se mantiene el capital. Sí existen nuevas zonas que van creciendo y generando opciones atractivas porque la gente cada vez más quiere vivir cerca del área donde trabaja. En los últimos tiempos crecieron muchas zonas con proyectos interesantes como en Villa Urquiza, Parque de los Patricios; también Barracas entre otros sectores porteños y que se han revalorizado. Tiene valor diferencial la cercanía con el subte y la variedad de líneas de transporte. En el mercado hay mucho por hacer. La gente está decidida a invertir y adquirir su propiedad porque no quiere postergar más su proyecto de vida. Y pese a todo lo que sucede, el mercado en los últimos días se mostró más interesado y creo que el horizonte será mejor.