El presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos de la República Argentina, el arquitecto Raúl Saénz Valiente, analiza aspectos relacionados con la industria de la construcción, su crecimiento y la importancia de adoptar medidas que colaboren junto con otros players del mercado a una sólida recuperación; su implicancia en todos los rubros del sector.
¿Cuál es la situación actual de la construcción?
Nosotros somos optimistas. Hay datos que lo justifican: la construcción subió el 17 % este año e igualó a valores de 2015. Una de las principales razones se relaciona con la llegada de los créditos hipotecarios. Sabíamos en parte esta respuesta porque desde fin 2016 y principios de 2017 se conformó a pedido del gobierno en el Ministerio del Interior la mesa sectorial de la industria de la construcción. Participamos todas las fuerzas empresarias y políticas del ámbito de la energía, de la construcción, los insumos y la política. Una mesa en la que nos reunimos todos los meses y en la que estuvieron presentes los principales actores: el ministro del Interior, el presidente del Banco Central y el del Banco Nacion, el director del la AFIP, el secretario de Obras Públicas de la Ciudad de Buenos Aires, el presidente de la Cámara de la Construcción, el presidente de la AEV, el titular de la UOCRA, otro integrante de la CGT y el representante de la Secretaria de Defensa de la Competencia. Este gobierno ha tomado un compromiso muy serio con el tema de la construcción y por eso realizó una convocatoria amplia donde presentamos un proyecto para lograr la baja del valor del m2 de construcción.
¿Cómo fue esa decisión?
Se nos ocurrió realizar una comparación con el valor del m2 de la construcción en Chile y Brasil. En Chile está casi a un 30% abajo del valor nuestro y en Brasil casi el 40%. Nosotros como formadores de precios así como los formadores de insumos (hierro, cemento, aluminio, griferías, vidrio) buscamos replantear nuevos valores, porque de otra manera no somos competitivos. No se alcanzó la totalidad de un acuerdo, pero nos escucharon y comprendieron cuáles eran los problemas. Algunos pasos se dieron: por ejemplo que se redujera en la Ciudad el impuesto de Ingresos Brutos a los créditos hipotecarios, para beneficiar al consumidor final que necesita la vivienda.
¿Qué está sucediendo ahora?
Hay pocas construcciones nuevas, mientras el usado está como protagonista en relación con los créditos hipotecarios y esto por una cuestión de demanda el valor del me m2 subió. El gobierno busca que los desarrolladores comencemos a construir, pero esto no es inmediato. Como los créditos también llevan su tiempo, los usuarios pueden ir viendo los desarrollos en marcha y programar el crédito para cuando el proyecto esté terminado. También planteamos ofrecer a favor del usuario por un período extraordinario para la clase media, con vivienda única y permanente, una opción donde todos los desarrollos para ese target no paguen impuestos, así como se realizó en Uruguay. Esto facilitaría mucho el acceso de la vivienda a la gente. Pensamos que esta opción se podría prorrogar por tres años, una vez que la demanda comience a satisfacer sus necesidades. De todos modos las expectativas son buenas en este segundo semestre. De hecho, se ha invertido en la compra de terrenos para comenzar con los desarrollos. Por otra parte, es sabido que con la construcción comienza un despegue que implica la generación inmediata de empleo en todos los rubros. Cuando empieza a subir la construcción, las cifras de la UOCRA suben y acompañan; cuando baja, el trabajo se vuelve más informal, lo que nadie quiere que suceda. Por eso es tan importante comenzar a construir y generar mano de obra. Desde la Secretaria de Comercio se está buscando rebajas en valores de insumos como el cemento, hierro, entre los principales. La idea es tratar bajar el valor del m2 de la construcción.
¿Qué sucede con la calidad de lo que se construye?
Existen ciertos parámetros que no tienen que ver para quien construyen. Hay modelos que no se puede volver atrás, normas que hay que aplicar en todas partes y en todo el país. Las diferencias no se aplican a la forma que se construye, sino el plus que se suma según las exigencias en las distintas zonas, que se relacionan con otros aspectos como el diseño y servicios que se ofrecen. En la esencia no existe diferencia. Y si hablamos de amenities, entre esas opciones hoy el cuarto es sin duda la sustentabilidad.