Las expectativas por el blanqueo tuvieron diverso impacto en el sector inmobiliario. Su efecto marcó, aunque no de manera desmesurada, una respuesta positiva entre quienes consideran invertir en ladrillos, como una alternativa atractiva, pensada desde la demanda, que durante mucho tiempo se mantuvo quieta y dubitativa. ¿Cuánto hay de cierto con respecto a este comportamiento del sector? Toribio Achával, presidente de la firma que lleva su nombre y uno de los líderes del mercado inmobiliario desde hace años, analiza algunos aspectos de la actividad.
“Existe un gran mercado que se subdivide en diferentes segmentos, cada uno con su propia respuesta. Nosotros no somos desarrollistas, tampoco construimos. Sí atendemos a nuestros clientes en la intermediación. Y podemos confirmar que el target ABC1 está mejor. Los indicadores de nuestra compañía revelan que el primer trimestre de 2017 contra el de 2016, mide un 50% más en facturación, aunque en cantidad de operaciones es un poco menos, por la suba de precios. Para nosotros ha sido muy satisfactorio y creo que otras inmobiliarias están trabajando con resultados positivos”.
La respuesta del target ABC1 ¿es un buen indicio para el resto de la demanda?
“Digamos que es el puntapié inicial. En un mercado no apalancado, sin créditos desde el cepo y ante los cambios que propuso el gobierno, fue el segmento que primero reaccionó. La gente decide mudarse, invertir en ladrillos. Creemos que el tema del negocio hipotecario comienza a generar interés; de hecho hay muchos llamados y consultas. La gente se pregunta si toma un crédito, qué se puede comprar. Estos préstamos están pensados para la clase media, pero todavía la demanda en ese aspecto no se ha consolidado. Con respecto al blanqueo es cierto que una parte tuvo su impacto en el target ABC1. La gente primero blanqueó el dinero que tenía guardado en el país. Y así comenzó a moverse. Algunos han invertido en bonos, plazos fijos o han adquirido dólares. Esto de algún modo atenta contra el ladrillo, pero de todos modos, la gente está consultando. Algunos invierten en propiedades porque existe una tendencia a la suba”.
¿Qué busca la demanda hoy?
“Elige espacios con más metros cuadrados, en unidades de tres a cuatro ambientes, bien construidos, buena accesibilidad y amenities, con valores aproximados de entre 130.000 y 250.000 dólares. Creo que existe una diferencia y es que hoy la gente entiende de proyectos. El nivel de exigencia es mayor que antes; se empieza a perfilar una demanda más selectiva, que no invierte en cualquier cosa; incluso quiere saber qué desarrollista está detrás de un proyecto. Creo que este nivel de exigencia se aplica también a nosotros, los inmobiliarios, que tenemos que sumar valor agregado, trabajando y pensando en lo que el cliente necesita. Me parece que en el mercado se han construido obras para vender y no para usar. Hoy los inversores se han ido a otro lado y el que está presente es el consumidor final, que tiene otro nivel de exigencia. Precio y calidad de lo que adquiere. Con respecto a los amenities es necesario también encontrar un punto de equilibrio”.
Créditos hipotecarios: ¿Una herramienta útil?
“Entiendo que no es fácil implementarlos, pero es necesario observar cómo se incorpora a la vida de la gente. Es un tema que está madurando; si la demanda puede adquirir una propiedad en cuotas será muy positivo. Es importante que la economía acompañe estas decisiones, porque cuando se adquiere una casa y se toma un crédito el compromiso es a largo plazo. En otro segmento vemos que las empresas, por su parte, muestran su preocupación porque hacen falta incentivos y los impuestos son altos. Aunque es cierto que si miramos para atrás, sabemos que el cepo nos complicó mucho a todos y de hecho frenó muchos desarrollos. Lo bueno, es que a pesar de las dificultades, hay un cambio. Soy optimista por naturaleza, hemos vivido tiempos difíciles y hoy estamos mejor. Hay inversiones en tierra, proyectos grandes que llegan. El público está más animado…”.
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