Los containers cada vez más forman parte de nuestra vida cotidiana: se usan como huertas urbanas, alojamiento de vacaciones, casas, restaurantes e incluso en grandes exposiciones. Basada en esta tendencia, una empresa canadiense los reconvirtió en piscinas domésticas que se instalan fácilmente. Además de su originalidad, el auge de esta novedad radica en los bajos costos y en el poco tiempo de instalación.
Diseñados para ser modulares y fáciles de instalar, las piscinas se venden con todo el equipo necesario, incluyendo un sistema de limpieza de agua. Para instalarla solo vas a necesitar preparar el terreno, tener acceso a electricidad y gas. Además, se pueden instalar por encima del suelo, con muros de contención o totalmente en el suelo.
“Los contenedores marítimos están hechos para ser muy duraderos”, asegura Mark Kohlen, impulsor de la idea. El sistema filtrado de mantenimiento que incorpora la piscina es capaz de calentar el agua hasta los 30° grados en las condiciones más extrema.
El manejo de la temperatura del agua, la potencia de los chorros y la iluminación es otra de las ventajas que presentan estos novedosos containers: pueden ser controlados por una aplicación en un smartphone. “Reutilizando un contenedor marino conseguimos reducir la huella de carbono”, aseguran sus creadores que también pensaron en el medioambiente a la hora de armarlo.