Una nueva tendencia se impone en el mundo y en el país a la hora de mudarse: el co-living. Se trata de edificios en los que se comparten las áreas comunes, como la cocina, el comedor y otros ambientes. Cada persona que lo habita cuenta con una habitación y un cuarto de baño como espacios privados y se alquilan por día, semana, mes o año.
El co-living nació hace muchos años en Londres y California, y también está llegando a Argentina. La primera experiencia denominada «Casa Campus» ya está funcionando en Pilar, donde se está construyendo un segundo edificio, y tiene en pleno desarrollo dos más en los barrios de Congreso y San Telmo.
La propuesta suena interesante. Vivís en un espacio compartido, tenés tu espacio privado en la habitación, conocés y estás en contacto con gente nueva todo el tiempo. El co-living es ideal para estudiantes, jóvenes profesionales, universidades, corporaciones, y hasta los turistas que visitan el país por algunos días.
Juan Mora, CEO de Casa Campus, afirma que: “Ni el co-working ni el co-living hubieran sido posibles sin un mercado inmobiliario receptivo. Con la recuperación de la economía global después de la caída del mercado de viviendas de 2008 en los Estados Unidos, el mercado inmobiliario tomó impulso y buscó nuevas modalidades de inversión”.
Este tipo de propiedades tiene ventajas para quien tenga ganas de ver un partido de fútbol con sus vecinos en la sala de estar comunitaria, o guste de cenar todos los días acompañado. Para alquilar, no es necesario presentar una garantía propietaria ni conlleva otros gastos aparte del valor del tiempo por el que piensa quedarse.
El co-living se presenta ahora como un estilo de vida ideal para los jóvenes, pero también como una solución a la dificultad que existe actualmente para acceder a la vivienda propia.
Fuente: Clarín.