¿Quién no quisiera vivir en el medio de una montaña y estar a metros del mar? Situada en la frontera entre Francia y España, la casa Girasol reúne esas condiciones, y junto a su forma geométrica permite aprovechar las particularidades de la zona donde está ubicada para generar grandes vistas desde cualquier ángulo.
A diferencia de la planta, que gira cada día en busca del sol de este a oeste, la casa Girasol tiene la misma función pero de manera estática. ¿Cómo? Dado que en algunas épocas del año no le daba el sol y los fuertes vientos de la zona no ayudaban a mantener el clima templado en la propiedad, los arquitectos que la construyeron pensaron una casa que tuviera sol en todos los rincones durante la mayor parte del día.
Con la forma geométrica lograda en la construcción, se posibilitó una privilegiada vista al mar y la montaña, como también, la atracción de la luz artificial al interior. La disposición de los ambientes busca hacer del sol un común denominador en toda la casa, y así captar luz y calor para contrarrestar las temperaturas del exterior.
Desde cualquier ángulo y lugar, los ambientes se encuentran ligados al exterior a través de los grandes ventanales incorporados en cada pared. De esta manera, la casa Girasol incorpora una vista de lo que ocurre afuera en el living, las habitaciones y en cada espacio.
El patio, ubicado en la parte trasera y junto a la montaña, posee la vegetación autóctona de la zona y le brinda la posibilidad a sus habitantes de apreciar el mar que se encuentra situado en el frente de la casa Girasol.
A vos, ¿te gustaría vivir en una casa así?
Fuente: www.plataformaarquitectura.cl