La segunda torre más alta de Italia tiene 209 metros distribuidos en 50 plantas y está ubicada en la Zona Fiera de Milán. Su piel de vidrio desarrolla una serie de ondulaciones que le dan movimiento a las dos fachadas de mayor desarrollo horizontal. En gran parte, debido al diseño eficiente de su piel vidriada, el edificio obtuvo una certificación LEED categoría Gold (para núcleo y envolvente).
El proyecto, de Arata Isozaki y del estudio del arquitecto italiano Andrea Maffei para un edificio corporativo de Allianz, posee una planta rectangular, de 61,5 por 24 metros, con 46 niveles de oficinas, tres pisos técnicos y un hall de triple altura.
Cuatro puntales de acero suman un punto de apoyo a la estructura de perfilería metálica con cobertura de hormigón. Están conectados a tierra mediante amortiguadores que cumplen la función de atenuar las oscilaciones provocadas por el viento, mejorando las condiciones de confort a los últimos pisos. Además, en el piso 24 y en la cima del edificio unas vigas especiales conectan entre sí a los núcleos ubicados en los extremos cortos de la planta, donde se ubican los ascensores.
La fachada de la torre, de casi 39 mil m2, está constituida por un conjunto de 14 resoluciones tipo para el muro cortina, conformado por módulos opacos en los extremos de la placa (en correspondencia con los ascensores) y paños transparentes en las áreas de oficinas.
El sector central, resuelto con paneles de vidrio y aluminio, cubre una superficie de 24.000 m2 y está compuesto por 4.500 elementos modulares prefabricados en taller. Cada uno de los frentes posee 40 células por planta, con dimensiones estándar de 1,5 por 3,90 metros. Las dos últimas piezas de cada extremo se despegan del sistema mediante un soporte especial en voladizo. Este conjunto conforma un velo externo decorativo que toma una altura de seis plantas por cada onda.
Fuente: Clarín.com