Los vinilos decorativos son una forma divertida de personalizar los distintos espacios de una casa. Son fáciles de colocar, económicos y hay una infinidad de diseños con formas, colores y tamaños que se adaptan a distintas superficies.
Son la herramienta perfecta para dejar volar la imaginación. Se pueden usar en cualquier ambiente: living, cocina, baño, dormitorios y balcón. Inclusive en muebles, respaldos de cama y ventanas; o para realzar objetos como vajilla, lámparas y espejos. Los vinilos permiten darle un toque de personalidad a un espacio, convirtiéndolo en un lugar único y, también, sirven para resaltar o renovar un ambiente.
La posibilidad de cambiarlos sin mayores inconvenientes es otra ventaja. Si los hijos crecieron y el vinilo utilizado ya quedó obsoleto o fuera de moda, será fácil reemplazarlo o eliminarlo. Sin embargo, si es la primera vez que se va a utilizar, es necesario tener en cuenta algunos consejos que nos ayuden a elegirlos, colocarlos y, por supuesto, cuidarlos.
Para elegir un vinilo, lo primero que se debe considerar son las características del espacio que se piensa renovar. El diseño tendrá que estar en armonía con los colores y estilos del ambiente. Las dimensiones del espacio donde se colocará el vinilo también son otro de los requisitos fundamentales para pensar a la hora de elegir un motivo.
En cuanto a la colocación, el vinilo es un producto muy fácil de usar. En general, vienen enrollados en un papel del cual se despegan y ya están listos para pegar, con las manos o un elemento liso, para ir borrando rastros de burbujas de aire o pliegues.
Frases cortas, largas y con distintas tipo de letras, pizarras, animales, paisajes y planisferios son algunos de los diseños que se pueden elegir. También hay vinilos para ventanas, que sirven para generar mayor privacidad o vistas.
Fuente: Clarin