Tras dos años de restauración del mítico edificio Del Molino, su torre y cúpula lucen ahora como en su etapa inaugural con sus ocho vitrales, sus esculturas de leones alados, su remate aguja y sus aspas devueltos a nuevo. Además, ya se quitaron los 1.800 metros cuadrados de andamios que cubrían su fachada
Ubicado en la intersección de Avenida Rivadavia y Callao, la confitería del Molino es uno de los tantos edificios históricos que tiene la Ciudad de Buenos Aires. El edificio posee cinco pisos y una azotea con mirador privilegiado y acceso a la torre con cúpula. “En estos últimos meses estuvimos trabajando en la fachada, cubierta y cúpula, conservando su imagen y espíritu original, con el fin de destacar su valor patrimonial para que los vecinos y vecinas puedan volver a disfrutarlo”, expresó Clara Muzzio, Ministra de Espacio Público e Higene Urbana.
La obra de refacción tuvo como objetivo en el techo poner en valor la totalidad de la cubierta, lo que implicó trabajos de limpieza, nivelación de piso, recambio de baldosas, revoques y carpintería. En la cúpula se realizaron tareas de reposición de piezas y restauración de cerámicas, carpintería, revoques y ornamentaciones. Además incluyó la restauración de los 4 leones: que mediante fotos permitieron la realización de las réplicas de los mismos.
Por último, en la fachada se realizaron trabajos de limpieza, reposición de material faltante y colocación de material similar al original para construir los dibujos de los balcones. Además, se mejoró la Iluminación exterior.
Sobre la utilización del edificio en el futuro inmediato, señaló a Telam Ricardo Angelucci, secretario administrativo de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino, señaló a Telam: “el subsuelo y la planta baja deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín, mientras que el resto del inmueble albergará un museo dedicado a la historia de la confitería’ y un centro cultural a denominarse ‘De las Aspas’ dedicado a difundir y exhibir la obra de artistas jóvenes”.
La fachada de la Confitería del Molino ya no tiene su estructura metálica y se puede ver restaurada. Otro gran paso en esta última etapa de restauración de una de las joyas arquitectónicas de nuestra Ciudad, que tiene 104 años de historia, un montón de curiosidades y es un Monumento Histórico Nacional.